Aunque esta herramienta existía ya hace más de un año con la versión anterior del sistema operativo de la manzana, su uso estaba vetado para los hispano hablantes. Pero con iOS 6 se nos ha abierto el mundo de los asistentes virtuales. No deja que tener su gracia y la verdad es que está muy bien conseguido. Aún recuerdo cuando, hace más de quince años, salieron los primeros programas que permitían el reconocimiento del habla en español. Eran unos programas muy complicados, que debían ser entrenados para que nos reconociera la voz.
Debíamos leer un texto muy largo para que el software supiera cómo hablamos y poder así interpretar correctamente lo que estábamos diciendo. Después del duro entrenamiento, los resultados finales eran más que discretos, con una tasa de acierto tirando a media. Pero la cosa fue mejorando. Y ya desde hace un par de años podemos disfrutar del estupendo Dragon Dictation, un software para smartphones al que le podemos dictar de viva voz un mensaje y lo transcribe, con una fiabilidad muy buena y sin necesidad de entrenamiento. Si tenemos una dicción respetable logra transcribir todo lo que hablamos. El texto transcrito lo podemos usar después, entre otras cosas, para enviarlo por correo electrónico, SMS o para publicarlo en Facebook.
Pero con iOS 6, el último sistema operativo de Apple, llegó Siri en español, el asistente virtual que pretende hacernos la vida más cómoda. Envidia me daban esos anuncios del iPhone 4S en los que salían Martin Scorsese, John Malkovich o Samuel L. Jackson hablándole a su teléfono para saber acerca del tiempo, para crear o cambiar citas en el calendario o para localizar a un amigo. Hace unos días he tenido la oportunidad de hacerme con un nuevo iPad y probarlo.
Y ahí estaba yo, como un niño chico dándole al botoncito del iPad y hablando con el cacharro. La voz metálica y servicial de Siri me mola. Dejas pulsado el botón un par de segundos y ahí está, suena el tono de Siri y espera que le digas algo. Con tono claro y firme puedes preguntarle por el teléfono o el correo de un contacto de la agenda, puedes cambiar una cita de tu calendario, puedes crear o eliminar una cita en el mismo, con fecha, hora y asunto, puedes pedirle que tuitee algo, puedes pedirle que actualice tu estado en Facebook, puedes preguntarle por alguna película del cine (aunque he probado algunas y no me las ha reconocido), puedes preguntarle por el tiempo, por restaurantes cercanos (en este apartado tampoco me ha funcionado muy bien porque usa Yelp, no muy extendida en este país), puedes dictarle un correo electrónico y enviarlo, o un mensaje de iMessage, puedes dictar una nota y guardarla en aplicación de Notas, puedes crear un recordatorio en la aplicación nativa, puedes buscar en Internet o en la Wikipedia por cualquier cosa, puedes abrir las fotos, puedes escuchar música, le dije “quiero escuchar música clásica” y se fue a mi biblioteca de canciones del iTunes y empezó a sonar “música clásica”, después le pedí “Quiero escuchar a Phil Collins” y unos segundos después allí estaba Phil. ¡Guau!. Puedes programar una alarma, puedes “buscar a tus amigos” y puedes preguntar por algún valor de la Bolsa (este me temo que no lo necesitaré, podré vivir sin ello).
Las respuestas de Siri son bastante fluidas y no siempre son las mismas para todos los casos, para una misma pregunta no siempre te responde igual. En eso está muy conseguido el efecto humano y no tan automático, incluso ya rulan por Internet ciertas contestaciones jocosas y hasta puñeteras de Siri. Se ve que los desarrolladores se han tomado su tiempo y se han permitido ciertas licencias para que Siri parezca más cercana. Por ejemplo, cuando le pregunté por un contacto de mi agenda me ha respondido “Mira, Lucas, aquí te dejo los datos” y me aparece debajo la ficha con los datos que le he pedido.
Hay muchos que piensan que esto no es más que una distracción pasajera, un efecto simpático con el que echarte unas risas y pasar un buen rato. Yo creo que esto no es más que el comienzo de algo que está por venir, la verdadera interacción del hombre con la máquina a través del lenguaje natural. No creo que tampoco lleguemos a las conversaciones fluidas ni a las idas de olla de HAL 9000 en 2001 Una Odisea del Espacio, pero sí que empezamos a ver como, cada vez más, se pueden dejar de lado los teclados, los ratones y las pantallas táctiles y pasar a una interacción con gestos (como con Kinect de la Xbox 360) y con la voz. He dicho.
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