Las consecuencias del mal uso del Whatsapp pueden dar mA?s de un quebradero de cabeza a quienes ven en esta herramienta una facilidad a la hora de comunicarse. Un estudio del catedrA?tico de PsicologA�a de la Universidad del PaA�s Vasco, Enrique EcheburA?a, lo confirma.
La utilidad del Whatsapp es innegable. Permite a cualquiera que tenga un telA�fono de A?ltima generaciA?n, con acceso a internet, comunicarse con todos sus contactos, sin coste alguno, a travA�s de mensajerA�a instantA?nea.
Pero tiene unos efectos negativos que pueden traer consecuencias en el entorno de quien lo usa. El Whatsapp deja un rastro de cuA?ndo fue la A?ltima vez que un determinado usuario enviA? un mensaje, con fecha y hora, o si estA? en ese momento en lA�nea lo indica.
Este tipo de rastros pueden generar conflictos entre parejas o amistades, sobre todo si A�stas controlan los movimientos del usuario a travA�s de esta herramienta, como suele suceder.
Otro aspecto negativo es que abstrae a las personas que lo utilizan de su entorno. Es muy comA?n ver un grupo de amigos, una cena familiar o una pareja junta pero con el mA?vil en la mano. Lo cual hace que la gente se aleje de la realidad que la rodea.
De todos modos Whatsapp es una herramienta con muchas ventajas, si se usa de una forma racional. Pero si no se controla su uso puede generar adicciA?n, problemas en las relaciones interpersonales y alterar el orden vital de las personas, por el uso indebido del Whatsapp.